Este fin de semana estuve pensando como podía terminar de forma super positiva este último mes del año. Primero que nada, doy gracias porque durante el 2013 he aprendido tantas cosas nuevas, he vencido millones de miedos, he estudiado, trabajado y aventurado con mi alimentación y salud en busca de sanidad, siempre acompañada de la mano de Dios. En fin, han sido 365 increíbles días (y no me refiero a que han sido faciles). Estos últimos meses son los mejores que he vivido a nivel mental, espiritual y de ánimo. Definitivamente prestarle atención a tu alimentación, ejercicios, darte tu espacio, hacer las pequeñas cosas que amas y aventurarte a las que no te sientes tan cómodo te llevan a otro nivel.
Como siempre les he dicho, yo no soy una experta en nutrición, pero si investigo de fuentes serias constantemente en búsqueda de toda información que pueda ayudar con mis necesidades de salud. Otra cosa es que desde hace un par de años ésta no ha sido la mejor, y ningún médico tradicional consigue el porque, muchas veces pensé que era psicológico porque no podía ser que en todos los exámenes siempre salía perfecta pero tenía síntomas que recurrían constantemente. Muchos de ellos se han ido gracias a mis cambios de estilo de vida, pero aún me siento limitada por ciertas cosas que me generan dolor y malestar. En otro momento Romina, estaría deprimida en una esquina preguntándose porque yo, no me pararía de la cama y probablemente viviría en un hueco. Gracias a Dios ahora veo mis síntomas como un reto o rompecabeza, como algo que me hace fuerte y que me motiva a investigar y tratar de resolver (si es que eso es posible), los misterios de mi cuerpo, sin obsesionarme, pero trabajando poco a poco camino a mi completa mejoría que tengo fe, llegará.
La intuición es mi primera arma, así que aunque este o aquel me digan que lo mejor para mi es “tal” o “cual”, cada cuerpo es único y yo debo discernir sinceramente lo que funciona o no en el mío. Para mí las decisiones que tomo sobre los alimentos no son una moda, pero muchas veces si son experimentos. De hecho recuerdo que en la sección “sobre mí” del blog, puse algo como: “me verán cambiar de parecer, caer y levantarme” y exactamente de eso se trata, de probar con paciencia, de siempre por sobre todas las cosas entender que tu no eres una enfermedad y que debes disfrutar tu vida aunque hayan días muy muy difíciles. Si yo no hubiese pasado por todo esto, jamás hubiese puesto mi vista en Dios, así que dentro de todo agradezco por toda lagrima, ya que hoy le sonrío a la vida.
Como siempre les he dicho, yo no soy una experta en nutrición, pero si investigo de fuentes serias constantemente en búsqueda de toda información que pueda ayudar con mis necesidades de salud. Otra cosa es que desde hace un par de años ésta no ha sido la mejor, y ningún médico tradicional consigue el porque, muchas veces pensé que era psicológico porque no podía ser que en todos los exámenes siempre salía perfecta pero tenía síntomas que recurrían constantemente. Muchos de ellos se han ido gracias a mis cambios de estilo de vida, pero aún me siento limitada por ciertas cosas que me generan dolor y malestar. En otro momento Romina, estaría deprimida en una esquina preguntándose porque yo, no me pararía de la cama y probablemente viviría en un hueco. Gracias a Dios ahora veo mis síntomas como un reto o rompecabeza, como algo que me hace fuerte y que me motiva a investigar y tratar de resolver (si es que eso es posible), los misterios de mi cuerpo, sin obsesionarme, pero trabajando poco a poco camino a mi completa mejoría que tengo fe, llegará.
La intuición es mi primera arma, así que aunque este o aquel me digan que lo mejor para mi es “tal” o “cual”, cada cuerpo es único y yo debo discernir sinceramente lo que funciona o no en el mío. Para mí las decisiones que tomo sobre los alimentos no son una moda, pero muchas veces si son experimentos. De hecho recuerdo que en la sección “sobre mí” del blog, puse algo como: “me verán cambiar de parecer, caer y levantarme” y exactamente de eso se trata, de probar con paciencia, de siempre por sobre todas las cosas entender que tu no eres una enfermedad y que debes disfrutar tu vida aunque hayan días muy muy difíciles. Si yo no hubiese pasado por todo esto, jamás hubiese puesto mi vista en Dios, así que dentro de todo agradezco por toda lagrima, ya que hoy le sonrío a la vida.