ST BARTHS, VACACIONES Y BUENA MUSICA

Hace tres semanas estuve visitando la isla de St. Barths con mi esposo para presentarnos con nuestro nuevo proyecto musical The Stereo Lights durante el festival St. Barths Summer Sessions y también aprovechamos para tomarnos unas vacaciones pre-aniversario.

De hecho es la primera vez que viajo desde que hice la transición a una alimentación vegana y tenia mis reservas, pero precisamente por eso me fui súper preparada.

Para el avión, ya que en el aeropuerto no hay muchas opciones saludables, prepare para Savy y para mi quinoa con vegetales (me mantuve lejos del brócoli, bok choi y cebolla para no tener incomodidades gaseosas jajaja) e hice un trail mix de frutos secos, semillas de calabaza y gojis acompañados de una botella grande de agua, ya que uno se deshidrata demasiado en los vuelos. A Lili, mi perrita, le lleve palitos de zanahoria y manzana que le encantan.

Unos días antes de despegar, hice un mercado para el viaje y literalmente me lleve una maleta. Sabía que iba a pasar varios días en un hotel y el resto en casa de unos amigos, y en base a eso planee mis opciones.

Primer problema, los jugos, como iba a hacer para cubrir mi dosis concentrada diaria de verde? Así que compre sobres que contienen una mezcla en polvo de súper comidas como spirulina, chlorella, kelp, acai y otros vegetales marinos para poder tomarlos cada mañana en ayunas y brindarle alcalinidad a mi cuerpo.

Aquí les doy un vistazo a mi maleta: un paquete de avena libre de gluten y steel cut (para dejarla en remojo la noche anterior en leche de almendras y así evito tener que cocinarla). Sobres de mantequilla de almendras, nueces y merey. Semillas de cáñamo (hemp), stevia, wraps integrales, granola, latas de granos orgánicos, pepitas de algarroba  (sustituto de chocolate, en ingles carob), semillas de soya, merey y almendras para la playa, te para molestias estomacales, insomnio, irregularidad intestinal, unas galletas de linaza que amo, sobres de merengadas de proteína, dos barras y un pote de leche de almendras de larga duración. También me llevé mi complejo de vitamina B (recomendado para personas veganas) y enzimas digestivas (uso las Digest Gold de enzymedica) para una digestión mas eficaz.

Al llegar a St. Marteen (que es donde esta el aeropuerto internacional), tuvimos que agarrar un bote que te lleva a St. Barths en 45 minutos (Savy y yo lo llamamos el ferry del terror), porque el viaje es horrible…te mareas muchísimo. Me comí un par de caramelos de jengibre para evadirlo, pero igual la pasamos mal, al punto de que cuando llegamos al puerto, el tono de piel de Savy era verde y el pobre paso toda la noche enfermo.

Tengo que agradecer muchísimo a la gente de La Plage que organizo el festival, nos trataron súper lindo y nos hospedaron en un hotel espectacular llamado Le Sereno, donde además de relajarnos, y disfrutar de una habitación de ensueño y playas cristalinas, pudimos hacer kayak por primera vez.

Como los desayunos estaban incluidos, aproveché de pedirme un buen plato de frutas y un té herbal.

 Al día siguiente, hicimos nuestro primer show en vivo y mucha gente se acerco a felicitarnos, cosa que me puso increíblemente feliz, ya que nunca había cantado en público y menos en un proyecto electrónico. Hacemos remixes electrónicos (deep house, new disco) de covers y temas propios, los tocamos y cantamos live.

Después de la presentación, nos pusimos en modalidad luna de miel y nos trazamos la meta de visitar una playa diferente cada día, fuimos a Guverneur, Flamands, Saline, Petit Cul de Sac, St. Jean, pero nuestra favorita sin lugar a dudas fue Colombier. Primero, porque debes caminar 20 minutos bordeando una montaña con vista al mar, la brisa en la cara, el sol, y tortugas salvajes. Es hermoso, pero cuando llegas a la playa se vuelve un sueño. Parece una piscina, bajita, sin olas y transparente. Quedé tan fascinada que fuimos dos veces.

Otra cosa importante cuando uno va a estar expuesto al sol, es el cuidado de la piel. Compré un protector orgánico y 98% natural de la marca Badger y nunca salí sin gorra. Siempre me broncee con protector SPF 30 y aún tres semanas después sigo color canela y sin pelarme. Luego de ducharme, me untaba aceite de coco en todo el cuerpo para hidratarme.

En St. Barths no hay muchas alternativas vegetarianas/veganas. Aquí están los restaurantes donde comí y lo que pude pedir:

La Plage: queda en la playa de St. Jean, directamente en la arena. Aquí fue donde hicimos el show y donde nos veíamos con los demás músicos del festival. Un día almorcé una ensalada de lechuga y tomates con aceite de oliva y vinagre balsámico. Y otro día una cacerola de vegetales con arroz basmati (no hay arroz integral ni en el supermercado).

Le Carré: tuvimos un “date night” aquí por recomendación de un amigo y me gustó mucho. Cené una ensalada de espinaca y otros verdes, con pera y nueces tostadas, también un plato de ajo porro en rodajas en salsa de remolacha.

La Gloriette: localizado en la playa y con vista al mar, fuimos a almorzar y literalmente no había nada en el menú que no tuviese lácteos o fuese proteína animal.  Así que le explique la situación a la dueña y tuve que hacer un compromiso de pedir un pescado a la plancha con limón y una ensalada verde con pepino y tomates.

Bonito: este restaurante es espectacular, primero que nada porque la sensación cuando entras es como si estuvieras en casa de un amigo, es acogedor, y tiene una vista nocturna de toda la bahía de Gustavia. En Bonito tocamos dos veces y cenamos varias mas. Mi menú era éste: tartar de tomate y calabacín con arrúgula, ensalada verde con lo que tuvieran en la cocina y dos veces cené mahi mahi con salsa cruda de mango y tomate.

De regreso, a St. Marteen como ni de broma nos íbamos a montar en el ferry del terror, nos fuimos por la segunda opción que era otro de mis miedos mas temidos, viajamos en una avioneta de 8 puestos. Gracias a Dios fueron solo 15 minutos y era peor la imagen que tenía en mi mente de ese vuelo que lo que realmente sentí. Este año he sobrepasado muchas cosas que me aterraban y eso me llena de alivio (eso sí, el miedo a los tiburones blancos prefiero dejarlo como está jajaja!).

La pasamos espectacular, no hay nada mas lindo que contar con la hospitalidad de nuevos amigos, conocer sus recomendaciones de la isla, salir a hacer ejercicio en un lugar nuevo, relajarse, despreocuparse de toda responsabilidad y encender la llama de tu matrimonio con tu acompañante de vida. Espero volver el año que viene, es un hasta pronto St. Barths!

Con Amor,
Romina